Más que un hecho en particular, quiero hacer una reflexión sobre un informe que hizo la Fundación Terram, haciendo un balance del año 2008 en lo que respecta al tema medioambiental. Premios a la contaminación, al ambientalista más destacado, en lo que se avanzó y en lo que se retrocedió en ésta área se puede encontrar en este recuento.
Lo que me preocupó más de este informe es la gran cantidad de proyectos energéticos que amenazan el equilibrio ecológico de los lugares en donde se proyectan: desde las ultra conocidas mega represas que se quieren hacer en Aysén, hasta algunas que no tienen impacto mediático como el proyecto Alto Maipo de Aes Gener, los tres proyectos termoeléctricos que se pretenden hacer en la localidad costera de Punta de Choros, en la comuna de La Higuera, Región de Coquimbo (se dice que podrían elevar en 6ºC la temperatura de las costas, efecto devastador para la vida marina), y el proyecto Termoeléctrico Los Robles que se quiere construir en Constitución, Región del Maule. Otros proyectos, que no fueron nombrados en este documento y que conozco por otros lados, son los de Neltume y Coshuenco en la comuna de Panguipulli, Región de los Ríos (se pretende levantar represas en sectores prioritarios de conservación de la biodiversidad), y la represea del Proyecto Puelo, en la Región de los Lagos.
Si se fijan, muchos proyectos que responden a la histeria energética que se produjo también en el año que ya se nos fue, y que a la vez responde a un comportamiento de nuestra sociedad consumista, que gasta energía a raudales sin tener conciencia de cómo se obtiene y los costos que esto implica para nuestro medio ambiente (sin contar también las conductas de nuestras empresas mineras que también gastán poco eficientemente nuestra energía).
Si nosotros cambiaramos nuestras conductas diarias, si pensáramos en el daño que hacemos antes de dejar prendida la tele, el computador, la radio, si desenchufaramos todos los artefactos electrónicos que no estamos ocupando, si en ves de pasar todo el día en la casa consumiendo energía y pasar más rato al aire libre... podríamos disminuir el consumo energético y hacerlo más eficiente, y si esto se volviera una costumbre más generalizada, el país entero no necesitaría de tantos centrales termoeléctricas ni represas para abastecernos de energía eléctrica. A lo mejor muchos de nosotros no vivimos en los lugares de conflicto, pero teniendo conciencia en cada uno de las acciones antes mencionadas (y muchas más que se me quedan en el tientero!!!) podemos apoyarlas tanto o mejor que en forma presencial.
En resumen, a la entrada de este nuevo año, quiero invitarlos a vivir una vida más simple o sencilla, sin caer tanto en el consumismo (si compras mucho, se necesitarán de más productos, que también requieren de energía para su producción, y por lo tanto más centrales termoeléctricas o represas... ven que es una cadena???), y valorar viejas costumbres como conversar un buen rato después de almuerzo o salir más al aire libre y tener contacto con la naturaleza, tener más lazos con ella y sentir la importancia de cuidarla y protegerla.
Escrito de: Estamos En Peligro
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