Los edificios actuales están construidos con algunos materiales que en poco o en nada respetan el medio ambiente, y que incluso pueden resultar perjudiciales para la salud de las personas que los habitan. Estos elementos nocivos son tan comunes como el cemento; el PVC, que es altamente tóxico sobre todo en su fabricación y en su combustión, y varios tipos de metales pesados, como el cromo o el zinc de las pinturas y los barnices derivados del petróleo que emanan elementos volátiles tóxicos como xileno, cetonas, tolueno, etc.
Asimismo, este tipo de materiales requieren de un alto consumo de combustibles fósiles para su producción, que además de ser cada vez más escasos y costosos, aumentan la contaminación porque en su combustión emiten grandes volúmenes de gases nocivos. En cuanto a la utilización del aire acondicionado, el llamado síndrome del edificio enfermo, el gasto energético desmesurado, la utilización de materiales alérgicos, o las montañas de desechos que se producen, son también otros factores que contribuyen al deterioro del medio ambiente y del bienestar humano.
Frente a este tipo de materiales, existen alternativas que pueden parecer más caras, pero que a la larga resultan más rentables porque proporcionan un ahorro energético y permiten la construcción de viviendas de mayor calidad, respetuosas con el medio ambiente, renovables, más saludables y más duraderas. Este tipo de materiales son, por un lado, aquellos que la naturaleza proporciona y que se han venido utilizando desde hace miles de años, como la madera, el barro, el corcho o el mármol. A este tipo de materiales tradicionales se le han añadido una serie de materiales nuevos concebidos también para su utilización ecológica, como la termoarcilla, el bioblock, la arlita, la sudorita, el celenit, el heraklith, el caucho E.P.D.M., los geotextiles a base de tejidos de fibra de polipropileno, los cables afumex para instalaciones eléctricas, las pinturas biofa, etc. Otro tipo de materiales ecológicos son elaborados a partir de escombros y de residuos sólidos industriales, que sustituyen el consumo creciente de materias primas escasas o ubicadas en sitios distantes, reduciendo el incremento de costos y resultando además más económicos que los materiales comunes de construcción.
Además de contar con este tipo de materiales, las viviendas ecológicas deben ser construidas de manera sostenible a ser posible en todas las fases, contando por ejemplo con sistemas para ahorrar agua y autoabastecerse con energía solar y/o eólica. En este sentido, de poco sirve usar materiales ecológicos si los edificios están mal orientados y necesitan para calentarse una gran cantidad de energía, que se produce diariamente emitiendo grandes cantidades de CO2.
Por su parte, también existen casas modulares prefabricadas realizadas con materiales ecológicos y con prestaciones para el ahorro de energía. Estas viviendas no afectan al terreno y están pensadas para que al final de su vida útil puedan ser desmontadas y transportadas. Como principal inconveniente de este tipo de viviendas destaca el impacto del transporte desde su lugar de fabricación.
Cómo utilizar materiales ecológicos
A la hora de construir una vivienda ecológica, se deben tener en cuenta los siguientes consejos:
- Evitar materiales nocivos como el amianto, cloro, PVC, metales pesados o aquellos que sean susceptibles de emitir gases nocivos.
- Sustituir los cementos tradicionales por otros naturales y en los elementos de carpintería el aluminio por maderas o similares.
- Reducir el uso del acero y derivarse a tierra para que se descargue de electricidad.
- En cuanto a los elementos estructurales de la casa, evitar impermeabilizantes bituminosos, elementos con amianto, fibrocementos, o aislamientos elaborados con polímeros y de poro cerrado que impiden una correcta transpiración. Estos deberían ser sustituidos por aislantes como el corcho o las fibras vegetales que, aparte de no ser más caros, contribuyen a disminuir la carga de peso que soporta la casa, pudiéndose obtener ventajas en otras áreas.
- Utilizar materias primas lo menos elaboradas posibles y en lo posible materiales de procedencia local, con lo que se consigue reducir los costos y una mayor integración de la construcción con su entorno.
- Tener muy presente los criterios de reciclaje-reutilización y diseñar y construir los edificios de manera que se contribuya al desarrollo sostenible.
Texto original obtenido de: ecoticias.com
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